I
El niño desnudo corre por ese pasillo infinito,
Serpiente gris de su imaginación.
Bifurcados,
la luz
y
el polvo
lo van encontrando,
Un aire fresco le besa los labios de encanto.
El niño se
disuelve
cual palabra, cual
llanto.
I
Y es que se puede estar a mitad de un cuento, sabes. Y no tener ni una pisca de idea sobre el punto en el que te encuentras, ni para donde vas; pero a ver, seamos positivos, lector, lectora queridos. Pensemos que usted si sabe a donde va. Ahora digamé, con confianza, ¿qué certeza tiene usted en que va a llegar allí? ¿Cómo se diferencia usted de aquellas personas que improvisan en la vida? ...
Pasemos a otro